Relato de montaña
Cerro Ulrich Lorber: Desentrañando Una Confusa Historia
Inconmensurables son los secretos que guarda la cordillera de los andes. Quizás el más atractivo para un explorador son las montañas inescaladas, o al menos sin ascensos documentados, como es el caso de la P4596 en límite fronterizo Chile - Argentina en el Cristo Redentor.
Documentar, un trabajo de todos
Hoy en día, la tecnología ha ayudado mucho en el proceso de documentación, ya sea para dar a conocer una nueva ruta, un ascenso a un cerro inescalado o la documentación con fines de divulgación y estudio científico. Pero antiguamente era distinto, los recursos y tecnologías eran limitados, cámaras con cantidad determinada de fotos (para los afortunados que tenían una) o simple y románticamente un croquis con la ruta, bocetos hechos a mano con la silueta del cerro, y mucho conocimiento de orientación en mapas topográficos.
Una práctica habitual en la Cordillera de los Andes, es dejar alguna pirca y/o testimonio en la cumbre de un cerro, para marcar un hito en la historia de él. En los libros de cumbre se anota por lo general la fecha y las personas que ascendieron el cerro con el objetivo que cuando otra persona lo subiese y leyese sabría que había estado allí otra persona antes que él o ella. Hoy en día existen libros de cumbre virtuales en los cuales uno puede anotarse adjuntando una fotografía que sustente dicha proeza, y así evitar dejar testimonios en la cumbre de un cerro, algo menos romántico como antaño, pero menos invasivo con el medio ambiente.
La cordillera guarda muchos secretos y por sobre todo de primeros ascensos, ya sea por falta de documentación o por la falta de estos testimonios de cumbre, muchas veces porque ha pasado tanto tiempo desde el primer ascenso que encontrar algo resultaría casi un milagro, como lo fue el caso del Cerro Atalaya, que recibió su primer y segundo ascenso en el 60 y 62 respectivamente, y cuyo tercer ascenso fue 59 años más tarde, por lo que, en la cumbre no se encontraron vestigios algunos. O porque simplemente los testimonios son ilegibles.
En búsqueda de la historia
El pasado 17 de diciembre de 2021, Alejandra Morales y Álvaro Zerené se aventuraron a revelar el secreto que guarda la P4596 al sur del concurrido cerro Santa Elena 4595 msnm, en las cercanías del Cristo redentor en el Paso del Bermejo en Los Andes. A veces llamado “Santa Elenita”, sin embargo, no existen relatos de ascensiones que sustenten claramente que el nombre de la P4596 sea ese.
En la revista Andina N°78 pag 10, se menciona sobre el primer ascenso a una cumbre sur del Santa Elena en abril de 1952, por German Mills, Heinz Koch y Konrad Schwatzei, llamándola “Santa Elenita” y estimaron su altura en 4230 mnsm. Sabiendo que la altura en ese tiempo del Santa Elena era de 4615 msnm (revista Andina 78 pag 9), resulta difícil atribuir esta ascensión a la P4596 ya que desde su cumbre el Santa Elena se ve de la misma altura, por lo tanto, le hubiesen otorgado una altura similar y no casi 400 metros de diferencia. Se subentiende entonces que dicha ascensión debe ser a una estribación menor del Santa Elena y no a la P4596, además por algo le pusieron Santa Elenita apelando a su diminutivo.
Años más tarde y documentado en el Libro “los Hielos Olvidados” (página XIII 32), Glauco Muratti relata un intento a la P4596 mediante un acarreo llegando al collado y desistiendo por una banda de riscos en el filo, quedando a 50 metros de la cumbre. Por otra parte, se sabe de otro intento realizado por Ernesto Rodríguez, Cristian Cifuentes y Claudio Ponce y lo llamarían “santa Elenita”, asignándole una altitud de 4634 msnm, aludiendo que se trata de la P4596, sin embargo, llegaría al filo cumbrero y no a la cumbre, además no hay un testimonio en la cumbre de ellos y este nombre ya pertenece a una cumbre de menor altitud, por lo tanto, no podría repetirse, eventualmente.
Epifanía
De la única referencia conocida de una ascensión al sur del Santa Elena y resultando casi imposible atribuirla a la P4596, nace la iniciativa de desentrañar uno de los mayores secretos que guarda esta zona de la cordillera de los andes, por lo que, la noche del 17 de diciembre de 2021, Alejandra Morales y quien relata partiríamos al ascenso de esta linda montaña. La noche del 17 dejamos el auto en el Cristo Redentor y pasando por el portezuelo a los pies del cerro Bermejo, que separa la Cuesta Caracoles de la Quebrada Rodado Mecha, establecimos un campamento a 3600 msnm Aproximadamente a las 23:00 hrs.
Al día siguiente partimos a las 8:00 am con luz para poder ver con claridad una posible ruta de ascenso, aunque ya teníamos estudiado un acarreo que llega a un portezuelo entre el Santa Elena y la P4596, ganando altura rápidamente por los glaciares de rocas que existen en las faldas de ambos cerros. Hasta los 4000 msnm ascenderíamos juntos y luego solo continuaría yo teniendo contacto por Radio con Alejandra, una vez en el portezuelo el filo hacia la P4596 se ve bien fragmentado, sin embargo, tras unos trepes (5.7 YDS) y un rapel de 8 metros es posible llegar a la cumbre de la P4596.
Emociones muchas y una historia por revelar guardada en un clásico tarro de lata entremedio de una pirca la cual contenía 2 elementos, un cordin morado de 2 metros app y un testimonio de cumbre que data del 14 de febrero de 1986, donde los escaladores de esta cumbre serían: Jaime Moraga Aranibal, Fdo. Vladillo Villalobos, Manuel Astudillo Sepúlveda, Joan Rillo Castro y Víctor López Gallegos. Lamentablemente el testimonio solo dice “libro de cumbre, en la cumbre de el lado” no atribuyéndole un nombre al Cerro (ni siquiera el “santa Elenita” de 1952), por lo que, la historia sobre el nombre no queda resuelta.
Ulrich Lorber, justo homenaje
Ante la falta de un nombre, dejando de lado el supuesto “Santa Elenita” del grupo de Ernesto Rodríguez, resulta imperativo brindarle un sustantivo Propio. Asumiendo que esta correspondería a una segunda ascensión (al menos documentada en cumbre) me tomo la atribución de sugerir como nombre “Cerro Ulrich Lorber”, en honor y memoria de este destacado montañista que partió a su expedición eterna el 28 de Junio de 2021, precursor del proyecto nomenclatura que buscó desentrañar los misterios sobre los correctos nombres de los cerros de la cordillera de los andes en las cartas topográficas del IGM.
A él esta linda aventura, que buscó desentrañar un misterio más de la gran cordillera de Los Andes, en la zona que lo vio nacer como montañista, el gran valle del Aconcagua.